
Recuerdo que cuando era niño me gustaba jugar un poco en solitario pero empezaba con ciertas tendencias a preferir estar desnudo en esos momentos, años más tarde siempre buscaba el pretexto de jugar a Tarzan para quedarme en puros calzones y salir al patio a jugar, a veces acompañados de mis primos (que honestamente no me hacia mucha gracia) y en el mejor de los casos con una de mis primas adjuntándose a la diversión, aunque a esa edad no se veía mucha diferencia de un cuerpo a otro.
Ya de adolescente fui cayendo más en las garras de sentir esa adrenalina propia de exhibirse, de forma de descuido al quitarme la ropa y dejar cortinas abiertas para que los vecinos (ok más bien vecinas) de los departamentos cercanos pudieran voltear a verme. Ese tiempo fue muy excitante sobre todo al darme cuenta que si lograban verme y disimulaban para no dejar de voltear de ver hacia donde estaba.