martes, 24 de junio de 2014

Descubriendo la sensación

Es raro, en ocasiones pienso que la predisposición al exhibicionismo la traemos de nacimiento, en otras considero que es en base a lo que vivimos. Si tomamos en cuenta mi experiencia personal se podría decir que es lo primero, aunque cada quien podrá dar su punto de vista.

Recuerdo que cuando era niño me gustaba jugar un poco en solitario pero empezaba con ciertas tendencias a preferir estar desnudo en esos momentos, años más tarde siempre buscaba el pretexto de jugar a Tarzan para quedarme en puros calzones y salir al patio a jugar, a veces acompañados de mis primos (que honestamente no me hacia mucha gracia) y en el mejor de los casos con una de mis primas adjuntándose a la diversión, aunque a esa edad no se veía mucha diferencia de un cuerpo a otro.

Ya de adolescente fui cayendo más en las garras de sentir esa adrenalina propia de exhibirse, de forma de descuido al quitarme la ropa y dejar cortinas abiertas para que los vecinos (ok más bien vecinas) de los departamentos cercanos pudieran voltear a verme. Ese tiempo fue muy excitante sobre todo al darme cuenta que si lograban verme y disimulaban para no dejar de voltear de ver hacia donde estaba.

El exhibicionismo

El exhibicionismo o apodysofilia es la inclinación de un individuo a exponerse en público de forma espontánea y excesiva. El término también refiere especifica y más convencionalmente a la conducta o perversión de mostrar los órganos sexuales y órganos considerados como partes íntimas como los genitales, glúteos, torso y pechos, a otras personas.

Es considerado un tipo de parafilia o conducta sexual, suele referirse como perversión, el término es incorrecto si se refiere a la vida sexual o habitual del individuo.

El exhibicionismo es frecuentemente encontrado en niños y adolescentes, dando pie a la teoría que el exhibicionismo se debe a un desarrollo psicosexual que no ha evolucionado, que se ha detenido en una etapa inmadura porque el individuo sufre de sentimientos de inferioridad y de trastornos de relación.

El exhibicionista actuará como perverso si sufre prejuicios sociales que lo etiqueten como eso. Muchos sugieren que los criterios para considerar al exhibicionismo una patología no dependen directamente del gusto general por exhibir los genitales, sino más bien de la medida en que este fenómeno afecta a algunos aspectos de la vida normal del individuo, como por ejemplo la autoaceptación o el apartamiento de la sociedad.

La conducta exhibicionista pretende lograr una respuesta sexual en los espectadores como el deseo sexual o un reflejo en el que el espectador muestre también sus partes. Los factores que regulan los episodios exhibicionistas pueden ser una vida sexual más placentera o regular o el hecho de atravesar lapsos depresivos. En los casos anteriores, el exhibicionista no tendrá la necesidad de mostrarse.